08 de diciembre de 2024
Segundo domingo de Adviento
A los Sacerdotes, Diáconos y Fieles de la Diócesis de Baton Rouge:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán creados, y renovarás la faz de la tierra.
Juntos, rezamos como iglesia esta antigua oración invocando el poder del Espíritu Santo. Este don del Espíritu se nos da a todos de una manera especial en el sacramento de la Confirmación que nos inicia plenamente en la Iglesia y nos llena de estos dones y del entusiasmo para asumir la misión de Cristo de renovar el mundo. Muchos católicos mayores recuerdan que la edad de la Confirmación era menor cuando recibimos la confirmación. Después del Concilio Vaticano II, en muchos lugares, la edad se elevó a la escuela secundaria, ya que muchos líderes sintieron que el sacramento se entendería mejor a una edad más avanzada. Esta práctica ha funcionado bien, pero los tiempos han cambiado.
Nuestros niños están viviendo una cultura que, a veces, es hostil a nuestra fe. A través de las redes sociales de todo tipo, los jóvenes se enfrentan a una edad sorprendentemente más temprana con desafíos a su fe y moral católicas. Dada esta nueva realidad, creo que es hora de reducir la edad de la Confirmación para dar a nuestros niños la gracia plena del sacramento de la Confirmación a una edad más temprana para enfrentar estos desafíos. Después de consultar con nuestros pastores, catequistas y otros evangelizadores, he decidido comenzar un plan de transición en nuestros programas de Confirmación que eventualmente reducirá la edad de la Confirmación al Séptimo grado. Obviamente, antes de llegar al séptimo grado, debemos crear un plan de formación para los estudiantes actuales de 8 a 10 grado en nuestras parroquias.
Hago este anuncio ahora para que cada pastor pueda comenzar el plan de transición que mejor satisfaga las necesidades de su parroquia. La Oficina Diocesana de Evangelización y Catequesis ofrecerá apoyo para ayudar a los líderes parroquiales a realizar esta transición, que se realizará como una parroquia con escuelas de religión y escuelas católicas trabajando juntas, bajo el liderazgo de su párroco.
Esta transición será un desafío, pero también creo que será un catalizador para cambios fundamentales en la manera en que nuestras parroquias ayudan a nuestros padres a formar a sus hijos en discípulos misioneros apasionados por Cristo. Hay mucho más que decir y es posible que tengan muchas preguntas. Simplemente les pido paciencia, por ahora. A principios del Año Nuevo, aprenderán más sobre los detalles de cómo se implementará este cambio en su parroquia. Pueden encontrar una lista de preguntas frecuentes en el sitio web diocesano (diobr.org) o a través de los recursos proporcionados por su párroco. ¡Ven Espíritu Santo! Esperanza en el Señor
Ven Espíritu Santo
Esperanza en el Señor,